Confesion II

Estoy en la pereza mas baja e improductiva, mordiendome la uña del dedo chiquito, mirando al techo, mirando la pila de apuntes viejos, arrinconado contra la pared, sobre mi cama y pienso. Hacia tiempo que no pensaba, que no pensaba asi, quiero decir, solo y con palabras sin forma, palabras del alma, con palabras reales.
Yo sabia que desde hacia un tiempo a esta parte me habia perdido y estaba tranquilo. Pero sabiendome perdido. Yo sabia que mi dureza en el pensar, las ideas no elongadas que tiraba como ladrillazos sobre el que me preguntara, no era nada, o era nada hueco, como bloques de cemento. Si fuera una persona de pensar matematico, que no lo soy, creo que he venido siendo una calculadora, una maquinita etiquetadora.
Como sea, hoy giro sobre mi espalda torcida sobre el filo de un sueño que me cansa los ojos y el viento fresco de ventilador, y estoy satisfecho. He vuelto a pensar y no estoy seguro de que eso sea bueno. En una de esas no deberia haber estado leyendo a Arlt con poca luz y sin recreos, con los ojos colorados, toda la noche. No debi pensar en ella, pero la vengo pensando mucho. Toda la tarde de hoy recostado sobre una silla mirando la tele sin mirar; ayer sali a dar una vuelta por esos lugares ardientes, al costado del rio, que a veces me hacen creer que todos estos arboles y verdes, y edificios brillosos y anaranjados, que adornan Cordoba, no son mas que ilusiones huecas que bien podrian no estar ahi, y ser esto Africa, al principio de los tiempos, y yo (tambien lo pienso) bien podria no estar vestido por ideas y trapos como lo estoy, y ser mas o menos lo mismo que "El Hombre" que andaba en otro tiempo caminando y va a seguir haciendolo, a pesar nuestro, en nosotros, a pasos cansados y arrastrados.
Creo que una de las principales razones para que yo este asi ahora es que no tengo a donde ir: yo lo he decidido aunque en parte se me impone (seguro cuando vuelva la Tati voy a estar mejor). No puedo escaparme y me tengo que hacer compañia. Giro, me acurruco, giro, miro la humedad del techo, que mi vieja hace años que nos pide que veamos como la arreglamos, y pienso. Sin palabras, o murmurando, que asi me entiendo yo. Es que estoy realmente solo, ahora si, solo como un ventilador de esos de pie, que giran su cuello y zumban por la tarde, siempre igual, siempre igual: asi de solo estoy, y zumbo, que asi estoy pensando, de a zumbidos en los oidos.
Yo creo que estoy herido de tristeza, pero no me duele con un dolor puntudo, me duele como duelen los moretones. En una de esas, ahora que lo pienso, esa es mi herida: un palazo de tristeza roto en el medio de la espalda.
Alguien lava los platos, una vieja barre dementemente afuera, un viento fresco va dando tumbos por la casa, un viejo como de ochenta años vende pan casero y hace sonar una bocina como desde hace años, mi perro se lame los huevos, sin ningun tipo de pudor, y yo molesto, pienso. A pesar de todo estoy comodo sobre el colchon, como curandome de a poco, mientras se ensombrecen las paredes de mi pieza. Anoche recorde a mucha gente de otros tiempos, lei cartas viejas, soñe con la que le dije que no, con su amiga, de las piernas blancas. Tambien soñe con Maria, o la pense entredespierto, unida a dos o tres mas que tambien quise, deteniendome por ultimo en ella. Tengo un par de canciones en la cabeza que quisiera que ella escuche. Tambien un grito que debe liberarme, pero que no lo grito. Una vez un amigo me dijo que entendia a ciertos escritores, porque ellos, si no escribian, seguramente se volvian locos. Yo no se si sera tan asi: a mi por lo menos este grito me desespera porque se que es un don, una iluminacion (no se si quiero gritarlo o cantarlo), y no se gritarlo. Hay algo ahi, un acertijo para mi, y no recuerdo como nombrarlo, aunque lo siento enroscandose, lentamente, en mi cuello.
La verdad no nos hara libres.
Tengo ahora esta claridad que es muy mia, que es infalible, que es irrebatible, que "qué jodido que es"; claridad que es para mi solamente y que no habla con palabra ni ideas, ni siquiera a mi. Como si el cielo se hubiera comido todo esto, y lo vomitara desnudo, fetido y luminoso, frente a mi y lo viera horrorizado. Tengo esta claridad que no sirve para nada, y que me ha hecho tanto mal, que es incomunicable y que me cierra la boca. Tengo esta claridad que me hace sentir tan libre y sumiso, comprensivo y tirado. Con esta claridad la realidad garua.
Si la vida tiene sentido, que lo tiene, ese no puede ser "el que uno le de" (no es nada personal con vos Sofia, solo te cito y pienso) sino solamente la gloria, la extenuacion de nuestras fuerzas, la realizacion de ese grito que vive sin palabras y que se me enrosca en el cuello como esa vibora de los pantanos, que yo vi que a veces come corderos...Yo no se, tiene que ser algo mas, algo importante, no lo que yo decida, que no se, que qué se yo de todos modos.
Porque si soy sincero cuando me siento asi, que este grito de nuevo me revolotea como una polilla entre esta jaula de alambre que soy yo, y esa lucecita tenue , de ser usada y nunca apagada, que tengo en el pecho, a veces chamuscandose y siempre haciendo ruido, tuerzo los labios, aprieto los dientes, me hundo en la almohada y sin querer pienso en ella (ultimamente la pienso mucho), en como pierdo el tiempo, y en como, a kilometros de distancia, quizas mi corazon gritaria dos palabritas, o tres, como para empezar, descansando despues un tiempo para seguir desanudando este acertijo mio