En dos

Me gustaria alguna vez caminar a mi lado, y saltar conmigo los charcos si llega a llover. Si me veo un poquito vergonzoso o se me pasa algo por abajo, entre los talones, chistarme en las orejas para darme cuenta, o apuntar con mi dedo lo que tendria que ver antes de que se me pase, porque siempre se me pasa. Creo que podria correr yo por un lado a donde creyera que tengo que llegar rapido antes de que ella se fuera, y por otro lado yo esperar taconenado con mis zapatillas nervioso, esperando a que llegara. Me charlaria en la noche cuando ando por Cordoba, para no aburrirme y cansarme de mi ni pensarme tanto, me iria a dormir temprano y me quedaria levantado. La veriamos pensar; yo la veria mientras no puedo verla, mientras ella camina atras mio, o se rasca el cachete porque algo le pico. Nos cagariamos de risa: yo tiraria el centro y saltaria a cabezear.
Y cuando alguien hablara (cuando ella hablara) seguro no se me pasaria todo y veria todas esas cositas y gestos que cuando por no poder mirar, no veo. A lo mejor serian un poco mas faciles las cosas, por no decir que seguro serian mas faciles. Me parece que me encariñaria conmigo, y yo de mi, que sin parecerme, me siento parecido. Me pondria arriba a pensar, y a soñar que vuelo, y abajo me arriaria o me remontaria alto como el barrilete flaco que soy (pero a todo viento hasta uno vuela), correria con fuerzas y andaria en la bici, descuidadamente, total soy dos. Cuando soñara un color nuevo, creo que yo le pondria forma de una mejor manera que en la que ahora lo hago.
Si alguna vez andamos juntos a lo mejor hacemos cosas grandes, y no es que me quiera convencer: creo que ya lo entiendo aunque espero todavia ya darme cuenta. Y si me veo venir cayendo como suele pasarme, si veo que no hay forma de no caerme feo, me parece que me levantaria antes y me sacudiria del suelo que tenga pegado en las rodillas, la roña del cuello, de las mangas, y andaria mejor, quien sabe si no andaria dos veces bien y felices, descansando sobre mi hombro de mi mismo, sin avergonzarnos de nosotros, y hasta capaz que entonces nos desenrollamos y lloramos abrazados, me perdono y yo a mi tambien, empiezando a creer de a poquito en eso de ser uno