Diario intimo de un chico salame

este sin sentido blog es para mi vida un espejo, el espejo que se dobla por una "ella" que va sin saberse mi sueño, y se que este blog es una cursileria de las peores, de esas que se toman para las jodas de amigas y chicas feas, para novios inseguros y para quien no tiene nada mas que nada. Yo, en definitiva lo escribo para ella, y para mi, y para el alma caritativa que me rompa como cristal y me haga ver que asi no puedo ser =P

Nombre: Juan Pablo Alvarez
Ubicación: Córdoba, Córdoba, Argentina

jueves, diciembre 22, 2005

Carta trunca

"La verdad es que esto no tiene mucho sentido: no tengo nada que comunicar. Y cuando no tengo qué comunicar, como que me pierdo y seguro que te pierdo conmigo. Lo que si tengo es una razon, mi aburrimiento, y muchas ganas de hablar (muchos objetivos; un corcho entre la garganta y el corazon) y de estar callado, y de las dos cosas al mismo tiempo, que es mas o menos lo que solemos hacer cuando lo hacemos o podemos hacerlo. Cuando no hay nadie cerca como ahora, en rigor de verdad, uno no se calla, solo se habla un habla sin dialogo, un habla loca que se precipita y le grita al eco la pregunta y la respuesta al mismo tiempo. Uno no se habla, ni se calla: no se que es lo que uno se hace."
Dos de la mañana. Dos y media, y camino. En una de esas me quedo sin colectivo, y sigo, por caminos innecesarios, a ver si recupero un poco de lo que hasta ayer me llenaba y ya no me llena. No se si caminar 50 cuadras hasta mi casa por entre la noche y cortando las subidas y bajadas con mi paso cansado y mi mochila, o sentarme al lado de la puertita donde una chica de profundas piernas apoya su hombro en el marco de su portal, con su mano izquierda tomando un faso, con la derecha persignando al suelo, y con la mirada lejos clavada en un edificio, mirando lejos o esperando a un "él" y acomodandose su minifalda.
"Estoy intentando hacer una confesion, espero se me entienda. He vuelto a bajar 1013 pisos de un martillazo en la cabeza. El pasillo ha florecido de palabras sin sentido, y asi no soy yo. Me despido y empiezo a caminar. No se si caminar 50 cuadras hasta mi casa o esperar por aca a que me llegue el amanecer."
Yo voy y voy. Me encanta Cordoba de noche, y en verano. Dos de la madrugada y hay mucha mas gente en el centro que en un domingo. Yo arrastro los pies por Chacabuco y me arden. La seguridad de un futuro cayo en el talon me fastidia , me imagino, y los autos se diluyen en su naranja, rojo y amarrillo andar fugaz. Una vez alla conte un secreto, otra vez cargue a un herido. Y asi mil historias... Muchas veces rode como hoy desengañado y pleno.
Vientisiete y Trejo, peatonal. La Peatonal mojada es un espejo. Mil estrellitas plateadas de alla en el cielo, y de aca en el suelo, entre edificios de vieja arquitectura, mil estrellitas anaranjadas y candentes chispean sobre de la vereda en el espejo, brillos miles y millones. Una pareja pelea por horarios y realidades materiales mientras turba los reflejos. Un perro caga junto a la pared. No puedo entre tantos infinitos y espejos: me siento una gota de agua cruzando del espacio su inmensidad, y no se si es bueno eso...
En dias como este me duele mucho todo esto de vivir como lo hago y me enorgullece. Veo los dolorosos ojos de la gente todos cubrirse de una espesa capa de algo que yo no llevo. Los veo hundirse en un mundo en el que no me hundo, cada uno el suyo. Yo creo que debo vivir el mio, pero es mas o menos los retazos de los de otros. A lo mejor los mundos de todos son mas o menos esto, y no se dan cuenta, que se yo. Solo se que cuando llego a recordar esto, cuando llego a ver los ojos de los demas reconociendo esto, me subo en zancos, veo de mas alto, y eso es bueno, creo yo ahora, sentado en esta naranja penumbra de colectivo, sentado bajo la oscura mirada de los que tuvieron menos suerte, entendiendo todo en esta sutil, dulce y tibia ensalada de pensamientos sin palabras, en este lenguaje de los gestos duros y los movimientos leves, de la rosa cortada, de la rosa que hiere y de la rosa entregada, de los niños de la calle jugando a la pelota, de la mugre vieja ensuciando las uñas de la sabiduria, de los viejos trucos de los chicos de mi barrio, de cuando yo era chico y sabia cosas que ya no se. Cuando vuelvo a reconocer esto, debajo del millon de abstracciones y sofismas de "joven viejo", que viejo me hicieron, y logro estrujar la musica de las imagenes, y bebo de mi choque con de las cosa duras, y sufro del estallido de las imagenes y las figuras, me subo en zancos, alzandome con cosas que no son mis piernas y, bajo pantalones largos y desflecados de payaso o malabarista, me hundo en esta melancolia de 10 minutos que es tan mia.

domingo, diciembre 18, 2005

El equilibrista

Camino por el centro pesado de gente, pesado como un trapo mojado de transpiracion. Respiro con dificultad pero camino sin peso, si no se cuenta el peso de la gente que se mezcla indiferenciada, con sus rostros torturados, en la indiferencia general.

Yo colgaba de mi mano una ramita desnuda de un verde fresno. Era niño. Era. Creabamos supersticiones y creabamos el honor. Andabamos en pata por el gris cemento, chapoteando bajo el sol en el espejo de aguas imaginarias. Creabamos la magia. Y me rompia a correr en punta de pies siempre sin pisar de las lozetas las rayas intermedias, pisando las pintadas de rojo, esquivando las de azul. Un dia soñe la diferencia: quizas fue el sueño el que se hizo mi religion de andar por los cordones sin caer hacia el infinito gris de la calle o al indiferenciado conjunto de lozetas coloreadas. Yo creia en las diferencias; yo creia en algo. Andaba saltando por el azul o por el rojo, saltando sobre las cuspides de grandezas y peligros. Yo era un heroe por entre donde no habia ninguno, experimente los limites. Y cuando bajo el limpido, estridente y almibarado azul del cielo en noche de luna llena, equilibraba con mis brazos mi andar por el delgado sendero de los cordones, me sentia en una canoa zurcando como una flecha el lomo de la via lactea.
Un pie y otro pie con cuidado; mas alla de eso, el abismo. Nos imponiamos nuestros limites en los margenes de nuetras arbitrariedades y sueños. Esperimentabamos los limites. Y de los limites nacieron los sueños y el heroismo; nacieron los peligros y los miedos profundos; nacimos navegantes en tierras desconocidas, cabalgantes de llanuras erizadas, caminantes de puentecitos y tuneles, de veredas y jardines. Yo ame mi isla, yo me ame a mi mismo. Reconoci mi barrio en donde este se disolvia en campitos, canchitas, la ruta y la avenida; mas alla de sus limites soñe la nada y la quise mia, sin dejar de ser yo.

Todo empezo con una supersticion y ya no queda ni eso, solo tengo el peso de la gente que se mezcla indiferenciada, con sus rostros torturados, en la indiferencia general y no se quien soy