Diario intimo de un chico salame

este sin sentido blog es para mi vida un espejo, el espejo que se dobla por una "ella" que va sin saberse mi sueño, y se que este blog es una cursileria de las peores, de esas que se toman para las jodas de amigas y chicas feas, para novios inseguros y para quien no tiene nada mas que nada. Yo, en definitiva lo escribo para ella, y para mi, y para el alma caritativa que me rompa como cristal y me haga ver que asi no puedo ser =P

Nombre: Juan Pablo Alvarez
Ubicación: Córdoba, Córdoba, Argentina

miércoles, agosto 23, 2006

7.- Presente

Mira que doy vueltas y mas vueltas y no me parece que pueda describirte en tus atributos externos, ni me parece que pueda intelectualizarte, sublimarte, y decir que tenias personalidad de dragon con patas de rana.
Alguna vez pense que te habia perdido...
En esto pensaba, y pensaba en lo feo que es (no me acuerdo cuando, seguramente alguna vez) cuando te empece a ver, y retorci un poco las cosas, las termine estrujando, y mira lo que encontre.

- Que al final la urgencia del recuerdo empieza en la seguridad de tu presencia que no es menos cierta por inaparente

- Que cuando resulta que caminando bajo una sombra de sombra, de esas que hay abajo de los arboles en la noche, siento unos pasos livianos, muy parecidos a los tuyos, y no hay nada mas que un perro que se mastica las pulgas (como si les arrancaran lo que vendrian siendo sus pulgas, sus "meta-pulgas""lo que demuestra que la existencia bien podria llamarse "repulguerio universal), no me equivoco al sentirte.

Es raro, porque no te recuerdo por las cosas: pareciera que las cosas son pedazos de vos. Ando con ganas de pegar la torre Angela a unas cuentas de vidrios de colores. Aun no decido si las palomas son tus manos o tu cabeza. Un rio cagado de sed zurca tus palabras y tus maneras. Yo creo que lo mas dificil es aceptar que tengo que rearmarte tambien el lo que no tiene forma, porque claramente un manubrio de bicicleta son tus miradas, y como andas, un semaforo.
Es raro porque esto es una idolatria quimerica, pero al menos me sirve para entender un poco mas a esos indios que comian los corazones otros con ganas y ceremonia. Yo creo que esto es imaginarte: cuando pegue todas las partes yo creo que ya ni siquiera va a hacer falta que estes aca. Si uno todo bien, yo creo que puedo empezar a aprender que en estas cosas de recordar, uno debe ser, ante todo, un artista, un titiritero, o un escultor que rescate el presente del pasado, de los tachos de basura

lunes, agosto 21, 2006

8.- "Ido lejos"

Suele pasar que cuando recuerdo, hago una pira en el alma y me acuesto en la cama a mirar las imagenes que el humo forma de un pasado que ya no es. Y es algo asi como mirar las nubes, las manchas de humedad, alguna anotación perdida en un poste o en una pared, en las canaletas donde se estancan las aguas viejas, por las hojas secas del otoño, que todavia ahora no se terminan de ir. Porque siempre buscando algo, y asi, recuerdo.
Y el vacio

Tarde me di cuenta de que cuando haces una pira como esta, algo le tenes que dar de comer. Y no va que le tenes que dar las nubes, las manchas de humedad, las canaletas, los postes, las anotaciones...
Y un espacio

Suele pasar entonces que voy, y mientras quemando voy la ciudad siempre. Y quemo todo, hasta los tipos de los bares, mientras los escucho tranquilo, con las dos manos sobre los cachetes. Y despues quemo todo, la ciudad y los amigos.
Y pasa que la ciudad, y las cosas que lleva encima con huellas de recuerdos, ya ni son lo que son, sino que estan ahi como si fueran un reflejo de algo que ya no es. Y a lo que ya no es lo guardo en un estante teladearaña (que para eso esta), que toma forma en souvenires o fotos de alguna fiesta que ya perdi en algun tiempo. Y cuando necesito humo, tiro todos mis adornitos, mis fotos, mis souvenires, al fuego, y con ellos a las nubes, a las inscripciones, y a las hojas podridas de ese otro otoño, y a la ciudad, con los amigos, y todo adentro de todo.
Y los recuerdos mismos que se "esfuman"; casi como si ese humo te fumara a vos, y te hiciera arder los estantes todos.

Y duele , porque cuando termina todo, y resulta que hay que quemar hasta el estante, los ladrillos y el contrapiso, y hasta las pocas ropas y las zapatillas viejas, a uno solo le queda quemar el humo para este seguir recordando sobrerecuerdos, cada vez mas lejanos al suelo. Y sin poder quemar nunca la ausencia, esa que comenzo la hoguera, en primer lugar, para llenarse de fuegos y de recuerdos huecos que recordamos para saciarla con ausencias recordadas. Y duele, como duele la intemperie en la desnudez, el error de llenar lo hueco con hueco, y el notar que hemos "ido lejos" a nosotros mismos justo cuando nos enteramos de que eramos lo unico que necesitamos
Y a vos

sábado, agosto 19, 2006

9.- Viaje

Vivo pensando en un viaje con las luces apagadas , con los soles apagados. Un crepusculo como este, limpio y aterciopelado, o un aurorar fresco en el que se plieguen cientos de figuras planas recortadas sobre el fondo, en claroscuro.
Vivo pensando en ser un chofer de omnibus liviano, sin coche ni sueldo, sin baches, saltos ni sobresaltos.
Una flecha sin blanco, silbando bajo. Un canto de contralto, sonando piano. El naranja pálido atardecido en las sierras, allá lejos, o el azul profundo de las luces apagadas, de las guardavallas, de los hierros de las rejas de las viejas, de los contornos de vías, que van para allá, que quedan, que esperan...

Hay un tono recostado entre el horizonte y la noche. En ese pienso yo, en ese pienso.

Hay un perro que sonríe veredas, que las cacajadea, que vagabundea sus pasos, que come y bebe de un charco y se escapa, que mendiga armonia de todos (pero con amor propio, que no asi nomas) y eso me hace pensar en que mañana juega Argentina, y en la libertad. Un viejo ñato, de rulos blancos, se me aleja quieto, marcado de pecas sobre su piel oscura, y con una cicatriz blanca, tan larga y dura como una sonrisa de esas sinceras que te gustan tanto juega a la pelota en cueros con quien sabe si ese sera su nieto, contra una pared pintada y re pintada a la cal en mi barrio blanco...

Y yo pienso...
En aspirar siempre este sabor entre luz y chocolate, de viaje tranquilo, que tiene estas tardes de otoño en Córdoba. Cada recodo te cobija, yo que se.
Solamente de vez en cuando, siento el viento de recuerdos que te recuerdan. Vivo del sueño de un revolver que dispare todos los lugares, todas las esquinas, todas las incoherencias de amor, las dudas. Respiro un material del que están hechos todos los contornos, donde se acurrucan todas las esencias, sin tiempo ni accidente, un material con mueca rara en sonrisa de mujer que se va, con palabras profundas que se precipitan como vértigo brillante por dudosas piolas, sobre las cabezas, y se zambulle. Suena en las cucharitas de cafe y en el canto destripado de un gorrion.

Solo yo que estoy acá; nadie mas. Nadie mas; solo yo que voy nomas. Mirando pasar los postes recostado contra una ventanilla, de golpe me parece que soy yo el que se esta yendo; que no los arboles ni los viejos, ni éstos. Y de golpe me parece que soy yo el que se esta yendo

jueves, agosto 17, 2006

10.- Entre una tapia y un respiro

Supongo que ya no espero nada


Entiendo las miradas humedas de los perros. Los miro un rato largo y a veces pienso que ellos tampoco saben a donde van, aunque capaz que se acuerdan de donde vienen, lo que ya es bastante.

Cuando me subí al colectivo creo que pense que en algun lugar al final de la ruta se levantaba una tapia alta y negra como esa misma ruta, pero así, levantada.

¡Cuando me baje del colectivo y vi un horizonte tan amplio y tan verde como un respiro recien desperezado ...! (hace tiempo que no respiro respiros; hace un rato largo ya que suspiro suspiros lerdos que me alejan en un barrilete cachuzo, siempre, siempre. Y solo un piolin y...)

No hay tapia, ni hubo respiro; no soy una enredadera, me ahogo en este mar tan, tan...
En fin

Si me ensincero, supongo que ya no espero nada.
Volvi, y mirá que jure ya no traicionarte con otros aires que no tiene tu altitud (aunque vos no tengas su horizontalidad, pero eso ya es otra cosa).
Baje. El frio se encierra en lugares con un techo alto y con ventanales enormes así (sucios, grasientos, viejos ventanales que por ahi vieron ires y volveres, cientos como estos, pero no asi).
Subi. Antes habra tenido este lugar otras imágenes para mi, y otros poemas que me silbaba para aca, para adentro. Cuando subia quieto, como de costado, la escalera mecánica, que subia, que subia, mientras miraba los grises cuchicheos de mate cocido de éstos, buscando:

-una araña pesimista
-un panfleto esceptico
-un par de curvas miradas de las minas impresas de las revistas

...que se yo. Me veo vacio.

Subi.

Este camino, este...
Segui mi camino, como tantas veces vaya uno a saber por que lo vine haciendo, que ahora no entiendo bien de porqueses. Éste: ya no lo nombro y mira como se retuerce. Solamente lo señalo y asi está. Y al final, el Boulevard, casi chispeando, y frio.
...Y los edificios me esperaban de rodillas (y yo ni una palabra para decirles); al final, me iban mirando. Y yo creo que ellos me vieron esta mirada de perro, y yo vi la de ellos. Y vi que uno al lado del otro, alla lejos, flanqueban el horizonte , como un par de hileras de alamos que se iban vaya a saber uno a que estancia, sola como un barco en los mares infinitos de pasto, de agua, de yo que se si no se de esos lugares. Y cuando vino el colectivo... yo que se: me ves y lo entedes.

Y apoyado contra la ventanilla mire con anteojeras de sueños un cuadro que siempre es el mismo. Vi pasar los fantasmas que siempre uniformados pasan entre las luces y las telarañas. Me adormeció un run run y un naranja que amanecia cafe con leche -otra vez, y no para mi-. Me quede callado, me quede quieto. Espere, algo, por un segundo entero: ésto, eso, que no se acabe, que no afloje. Fui (como quien dice) como soy, cuando soy, entre una tapia y un respiro, y añore, esto, que me deja, por ahora, solo conmigo mismo