Diario intimo de un chico salame

este sin sentido blog es para mi vida un espejo, el espejo que se dobla por una "ella" que va sin saberse mi sueño, y se que este blog es una cursileria de las peores, de esas que se toman para las jodas de amigas y chicas feas, para novios inseguros y para quien no tiene nada mas que nada. Yo, en definitiva lo escribo para ella, y para mi, y para el alma caritativa que me rompa como cristal y me haga ver que asi no puedo ser =P

Nombre: Juan Pablo Alvarez
Ubicación: Córdoba, Córdoba, Argentina

domingo, noviembre 27, 2005

Elegía o Dias de mierda

Me despierto en esta tarde de mierda en Córdoba capital. Es domingo, claro. Lo peor, mañana es lunes, este lunes.
Me despierto, me retuerzo satisfecho, me acurruco contra la pared. El viento mueve la cortina azul pesada de la pieza. Es terrible el calor, aun a pesar del ventilador tintineante: Seguro que Dios hoy se fumo algun porro, o algo asi, con el sueño que el calor levanta como una nube de polvo en todo el horizonte de mis ojos y mi garganta. En fin, me retuerzo aletargado, mas que satisfecho: no hay dolor...
Me despierto de nuevo, transpirado: vaya uno a saber que estuve soñando. Todo esta igual creo, pero cómo me pesan los ojos. Mientras la ventanas me siguen trayendo tufos y tufos pintados de azul desde afuera, yo juego entre el dedo gordo y el que sigue del pie con un pliegue de la sabana. Puedo ver, ahora si, ahora no, los libros cansados y las paredes mohosas y negras; mi ropa. Estoy triste creo, estoy triste...
Me despierto otra vez. No se cuando es que me duermo. Que sucio, llene de baba la almohada y la puerta se golpea, pero no se cierra. Me pongo boca arriba a pensar, y bostezo.

"Me estoy gastando, me disuelvo. Se me hace dificil pensar en la muerte dentro del agua, pienso mas en la putrefaccion. Como en las selvas. O se muere uno por las vivoras, los leones...no, no hay leones en la selva aunque sea el rey de la selva, ¿por qué el rey no vive en su reino?..., los jaguares, o se muere uno podrido abajo de hojas, ramas y barro, no debe haber otra, la muerte no debe de andar muy lejos de ahi. Y Córdoba, aunque no le llueva el cielo casi nunca, vive sumergida en el agua, o sere solamente yo en la sombra de esta habitacion..."

"Irme, irme, irme. Siempre irme. Y sumarle lo avatido de mil peleas al pedo perdidas y sueños sin sentido, todos muertos, sueños y peleas, que en ellos me siento a tomar mates, a tomar mates sobre ellos y a hilar futuros. Lo estoy haciendo ahora bajo el ruido del ventilador: mañana la enamoro a ella y el mundo todo se pone a mis pies. El craneo de las penas se pone a mis pies. Y digo esto desde esta montaña de huesos blancos que me dejan mirar tan lejos, pero nunca a vos o al suelo. O si te miro estas alla, tan lejos, confundiendote con el horizonte."

"Yo invente un bazooka que voltea imperios y una flor que enamora con solo su perfume. ¿Para que tanto? Aca, en el borde de la cama, me rasco la pata de tanta impotencia, me pudro por dentro de tanta quietud, agua y transpiracion. Aca, tiemblo. Yo soy un alpinista: dia a dia escalo los huesos de los muertos y mastico sus talones buscando algo de carne seca para el camino. No se puede mas de tanto esfuerzo, todos los nervios se me volvieron un nido donde habitan heridas y rencores rancios como los pedos de una vieja. ¿Donde quedaste ayer? ¿Donde anteayer? ¿Donde estaras mañana? Siempre sos vos, jugando con tu pelo y yo no puedo mas de tanto dolor y duelo..."

"¿Que ira a pasar? ¿Volvera a pesarme otro dolor sobre los huesos? Que carro descentrado va tirando mi yunta de bueyes, mirá que dolerme tanto todo como me duele, sin razon. En que torbellino he venido a caer, en que enfermizo torbellino. Afuera todo es tan facil, pero el afuera no es mio ni es para mi. Solo quisiera salir un ratito y cantar; quisiera una tregua. Quizas girar para otro lado, pedir una ayuda, buscar un secreto. Pero que tipo de paraiso es ese donde nadie me ceba unos mates, me visto de traje, repito mil frases y yo no soy yo..."

Me siento

Que cansado estoy, que cansado. Cuanto sueño y calor. Que falta de esperanza. Me he ido gastando y ya casi no queda nada adentro. Que ganas de llorar, de cubrirme la cara; no se a quien le fallo, pero estoy fallando...Si esto sigue asi voy a ser menos que esto que soy, menos que una briza rodando por las calles, mucho menos...

martes, noviembre 22, 2005

Cadenas de miedos...

Cuando era chico vi en algun programa cientifico, o que se yo, un ciclo aterrador sobre los agujeros negros. No pude dormir. No puedo dormir. A partir de alli siempre tuve miedos.
El verano en Córdoba siempre es intolerable. Con mis noches de andar sonambulo de niño me enredaba en la oscuridad de la casa dormida y temblaba. Sobre el colchon, entre las sabanas, entre las negras aguas de la liquida noche toda de transpiracion agoviante. Asfixiante.
Algun temor primitivo me hizo temerle a la caida del cielo,a los espacios abiertos,a la majestad del fuego. El demonio andaba en punta de pies sobre las baldosas flojas del living o la pieza de mis viejos. El ventilador no alcanzaba. Mis fuerzas no alcanzaban. Cuando al fin el sueño me ganaba, sacrificaba mis temores de vigilia en altares mas terribles a otras furias y pesadillas. En mis sueños veia a Dios susurrandome algo y yo apurado por despertar. Se presentaba en imagenes terribles de formas simples plenas de significados. A su lado la Virgen. Sus palabras me apresure en olvidar, y hoy el simple eco de sus dichos mudos me hacen temblar.
Vi un perro muerto, le tome temor a sus ojos y a las calles desiertas. A las corridas nocturnas, a los corderos que van a sacrificio. A los payasos, a los viejos. A las chicas en el colegio, a mi con ellas. A mi mismo...
Lleve una cruz grandota al perder mi inocencia, al saltar desde quien era hasta quien soy y aun no debia de ser. Temi por no poder ser mas que uno, como cuando bajo el cielo me diluia bajo tantas estrellas, tantas, en los veranos cuando corriendo me tapaba los ojos para no ser visto por ellas, con miedo porque se caian, asi, se caian, llorando ellas, llorando... Temi a que cada una de las cosas que son unicas lo sean como yo, temi a todo. Si cada "uno" pensara, ¡Qué terror si cada "uno" pensara! ¡Y qué hermoso! Y aprendi a, temiendo, imaginarme siempre en sus cabezas un mundo, completo, sobre el mio, y sobre el del otro, y sobre el de todos, todos superpuestos aca, todos en Córdoba, todos a punto de explotar, todos pesados como las capas y capas de tufo que acostado sobre mi cama cómo se sienten, Dios sabe cómo se sienten, y por eso perdona.
Y si hoy me costas vos, sabe que me cuestan muchas cosas, y es el miedo el que me ata a todas mis imposibilidades, a todas las cosas que no puedo. Si te fijas bien, en mi boca todavia tengo un anzuelo, y eso explica mucho, me sabras entender... Hoy el calor tambien me mata de a poquito como lo hace el sueño, y los musculos cansados de tanto no hacer nada. Que venga el invierno, eso quiero yo. Y si me cuesta con vos, si vos me costas, ya te lo explique: es por esto del calor, el sueño, el cansancio y el anzuelo. Y es el miedo primitivo, el temor primitivo que, como cuando chico, me hace temerte, como "a la caida del cielo, a los espacios abiertos, a la majestad del fuego"

lunes, noviembre 21, 2005

Dudando...

¿Y si no es asi? ¿y si no la quiero? ¿que quiero? No la quiero, la tranquilidad esta conmigo cuando lo que quiero no lo quiero, cuando dejo de creer y me hago creer otra cosa tan creible como esta realidad...
Si las gotas te caen por la cara como lagrima o transpiracion en esta noche helada (o calurosa) de noviembre, yo lo decido, aunque no decido sobre los reflejo en los blancos charcos de las luces de colectivos apurados ni sobre toda esa patota de imagenes brillantes y haditas que te vuelan, y vos mirandome sin saber lo que pienso, o si sabiendolo y queriendome entre los autos, pisando el charco.
Pero no: tus ojos no mienten, no pueden mentir, o tal vez si y nada de lo que digo tiene sentido, negandome a querer a otras y luego queriendo no quererte.
Me dijiste de el y ellos, y luego mi dijiste de mi mismo mientras te bajabas. A veces "pareciera que queres decir..."; otras "que decis lo que quiere parecer..." Y yo y vos aca riendonos del que se zambulle en el pozo, entre el barro y el pasto mientras tomabamos el colectivo; y yo sacando foto de un relampago en la noche y vos a mis espaldas pensando Dios sabe en que; y yo deseando que se vaya, y vos diciendolo, o lo soñe; y yo navegando en una canoa el rio que besa el pabellon Argentina, y vos hermosisima-mente mojada, empapada bajo de un diluvio que quien sabe si no es dentro de mi, que quien sabe si es fuera, que quien sabe si terminara.
¿Y yo tengo que decir algo o no? ¿Queres? Hoy creo que es obvio que si es, mañana creo que no y es todo tan real como el nudo que me estoy haciendo como piolin de yo-yo que seguro que vos ves porque dijiste "no te entiendo", y ni falta hacia que lo dijeras, si es mas, por decirlo vos ya dudo y hasta creo que en una de esas el nudo es de los otros y yo solo ando torcido como es torcida una recta entre las curvadas formas de un firulete de un bailarin de tango, o los petalos, o las mujeres...
"Y no sos tan importante vos, yo tengo que mejorar para ver si ahi te interesa estar conmigo o no", o "si te tuviera no me haria falta mas que eso y te necesito"; "estoy tan feliz como pueda estar" o "estoy tan no feliz como se pueda estar" elegi, te espero. O yo elijo, y gano o pierdo

viernes, noviembre 11, 2005

...Que quiero yo

Todo mojado. Dan ganas de sacudirse las pulgas haciendo girar la rotonda. Cuanto frio, cuanta lluvia, cuanta luz. Los charcos parecen los espejos que bajo la superficie se ven hacia el cielo(yo pataleaba, cuando chico, mi sueño de soledad en la pileta de la gloria...). Luz luminosa. Un arcoiris. Un perro se sacude triste como no puedo hacerlo yo
Casi todo parece azucar; frescura dulce, viva. Qué bueno que llueva, si tan solo no me hubiera mojado asi (¿me estaran mirando?). El verde desprende cuarzo; las ventanas, espejos. Todo lo que refleja da de las nubes una imagen de infantil carrerita, en diferentes angulos. El sol, entre manos negras, muestras su ofrenda de plumas blancas, de piadoso pavo real. Yo creo que oprime la luz entre sus brazos, la rompe, nos baña, pero no se... Yo pienso en una palmerita azucarada, con este hambre...
Podria sacar dosmil fotos, recortando de los edificios un rincon de alabanza de las cosas a la lluvia, pero no pude, y la chica apurada camina con sus tacos entre los charcos, sonriendo. Sobrenatural, como el vaho de agua, tierra y aceite que me da unas ganas de dormir, no sabes cuanto. Sobre el rio, sobrenatural y naranja: ya la luz perdio su blanco y alla en el cielo las nubes se baten como mousse de chicles, naranjas y terciopelos.
No hay nada, nada mas. Las calles estan vacias de seres, llenas de figuritas y sabores. Brillos. Los pocos que andan parecen otros, no ellos, no yo: algunos, cisnes, otros, bosques secos en el incendio del horizonte. Yo mismo no soy mas que una rama y crepito en otro fuego que quiero yo.
Podria quizas no estar, sentirme viajando, ponerme en pausa. Sentirme viajando... Me gusta tanto ir por las canaletas, entre las hojas, y un viejo atado a la boveda de un arbol para no mojarse. Qué real es esto...
Y viajo, y no quiero volver mas: no volver. Seguir y seguir, dormir siguiendo. Sobre el espejo los autos son, barquitos de carton, y van, y van...
La noche empieza a caer, atravezada en el pecho, sangrando en todo, como el vino en la euscaristia, y no puedo evitar atar a esto el piolin de mis melancolias. No puedo: toda la madeja, rodando por las calles, dejandome al occidente, buscando un sol que se va llendo. Desenrrollandose. Y sigo una nube, y sigo un barco, y me pregunto si se iran llendo o me ire quedando, si sere yo este o una sombra que se va, alejandose del sol, prolongandome en un sueño que quiero yo

martes, noviembre 08, 2005

Lejos mio

Solía (y suelo) hablar sobre dolores; cualquiera de mis conocidos sabe que es así, que fue así y que seguirá siéndolo. Hablo (ubicado en cualquier tiempo, mirando hacia cualquier momento) de los dolores, de la libertad, de la imposibilidad de amar, de fútbol, de Córdoba…No se por que relaciono todo esto; es obvio que en mí todo se relaciona, como en un guiso mágico al cual a un poroto se le atan hilos que lo unen a otros porotos, a papas, a lentejas, por decirlo de algún modo.

Siempre me molestó mucho una realidad, no por todos advertida: un hombre no puede vivir un segundo de su vida sin tener al menos un dolor pendiente como un péndulo sobre si. Te duele una muela, te duele la distancia, te duele la culpa de comer lo que no debías; de estar sentado y no parado, de saber que en general no vas a actuar de la manera excelente que crees se te exige (que uno se exige).También te duele lo que no ocurre y el tiempo que pasa o que no pasa, según el capricho de sentirnos amos y navegantes de las leyes del mundo y del tiempo (uno debería poder manejar las leyes de la naturaleza y los espíritus, y manejar en igualdad de condiciones los hilos de nuestros destinos –todos, el de cada uno de nosotros y el de los demás-, algo más justo que lo que ahora ocurre, donde, como se sabe, lo sobrenatural solo es patrimonio de unos pocos que yo, ahora, reconozco)

Yo, Sufro.

Todo cambió hace un tiempo, logré un avance (sin embargo el tema del dolor sigue ahí, como una gota golpeando en el insomnio) y puedo decir que en cierto modo me sorprendió. Digo en cierto modo, y no es inocente: yo anduve buscando mucho encontrar algún tipo de técnica, no ya para frenar la aparición de todo dolor, propósito que perdí, que descarte hace unos meses, por razones por algunos conocidas y por otros intuidas (siempre van a haber generadores de dolor, eficaces porque, como las pestes, mutan, y se especializan en encontrar el punto débil de uno, y uno tiene tantas, pero tantas debilidades…), sino para sustraerme de sus efectos, salirme de sus esferas de poder. Que se yo, escaparme. Si, el término es escaparme, efectivamente. Hice muchas pruebas; practiqué muchos métodos, algunos más exitosos que otros. Me di por vencido. Finalmente todo sucedió por un accidente.

Lo curioso de esto es que no se cual fue el fenómeno que provocó esto, no vi su forma, ni recibí ninguna señal de este sobre mis sentidos (no un sabor, no un sonido, no un perfume, ni una aspereza) si bien yo me lo represento (arbitrariamente) como alguna especie de las maquinarias, antigua, hecha de humos y escamas. Se que puedo ubicarlo en su acontecimiento, por aproximación, por probabilidad, en algún momento mientras caminaba suelto cierto día con ella y Tania. No hay testigos de la ocurrencia del hecho: al parecer el fenómeno ocurrió (no dudo que ocurrió), se deslizó, en alguna de las esferas de lo invisible, y me ataco sin ninguna señal ni pedido de auxilio de mi parte para el exterior. No tengo testigos de lo que ahora me ocurre, de lo que el fenómeno suscitó en mí: al parecer lo que me vivo solo acontece en mí, y es lo bastante sutil para pasar desapercibido. Como sea, “lo que me ocurre” a efecto de aquello, de alguna manera misteriosa, yo lo relaciono con “ella”, esencialmente por las implicancias que en mi actual estado tienen ella y mi alejamiento. Su presencia fue necesaria, para bien o para mal. Alguna vez se lo voy a decir, cuando pueda entenderlo, y creo que no es este el momento.

Le llame alejamiento. Efectivamente, literalmente, es lo que vivo. Entre escombros sueltos y arena húmeda, bajo el castigo de la luz eléctrica y de los caños de escape, mientras estaba caminando, me aleje, de repente, de mi mismo. O debería decir que nos alejamos: mi cuerpo, mi “visibilidad”, parece seguir “existiendo”, en una manera tan real que no se hasta que punto no es él el que realmente existe (me suplanta, es mi cara, existe al menos para los demás, es), hasta que punto no tiene algún otro tipo de conciencia que lo dirige, que al menos le hace tener conciencia de su individualidad vacía. Por el momento no pienso mucho en eso, o prefiero no hacerlo.

El fenómeno es extraño: a veces se revierte y volvemos a estar juntos, sin que en la reunión se descubra algo de resentimiento de “él” hacia mi, ni mío hacia él; nos reunimos como si nada hubiera pasado, ni tiempo ni millones de sombras prolongadas sobre el cemento desde los faroles, en la noche. Sin embargo, la mayoría de las veces estamos separados y yo me mantengo de dos a ocho metros detrás de “él”, jugándolo como a un títere, usando de finísimos hilos, preocupado y científico.

Si, tengo que manejarlo, a pesar mío. Desearía que se fuera lejos de mi, pateando en la oscuridad, y yo de el, volando por sobre el suelo. No puedo: Es como una marioneta que se mueve allá, a entre dos y ocho metros de donde estoy. No se como es que lo manejo; se me hace difícil saberlo no teniendo manos ni pies, como deben suponerlo. Ese mismo decir “entre dos y ocho metros de donde estoy” es bastante aproximativo: no estoy muy seguro de que contar las baldosas de la vereda sea un criterio muy exacto para afirmar tanto, máxime si no tengo dimensiones (o las tengo todas). Creo que a veces estoy aun más lejos

Extrañas veces, muy extrañas veces, creo yo, se nota mi estado desdoblado, multiplicado, “corrido”. He notado que el hambre hace suponer de manera patente lo que me esta ocurriendo: ella y Tania me sugirieron advertirlo, pero todo quedo en nada. Otras veces, cuando hablo “yo”, siendo uno con “él” prometo a ella decirle ciertas cosas (las mas reales) que luego la torpeza de mi cuerpo no sabe repetir (yo mismo sospecho a veces que me saboteo por miedo a que, a efecto de las palabras mágicas que idee, “él” se una de nuevo a mi, devolviéndome los dolores). Algo parecido me pasa con el alcohol, y es por eso que no se si quiero estar con ella estando borracho, ni se si así quiero estar conmigo mismo.

Se me preguntará cual es el beneficio de este desdoblamiento en dos, y sé que tal pregunta es justa. Ni yo mismo se bien la respuesta, solo se que es un hecho divertido, y por lo demás, curioso. Por lo pronto se me acalló el dolor físico, y en cierta manera eso hace que esté más tranquilo, menos adolorido (en cierta manera…). No esta de mas decir, por otra parte, que muchos de los dolores espirituales también mermaron (en las ultimas semanas si hay algo que aprendí es como varios de los dolores espirituales se relacionan mutuamente y se determinan en sus formas, fantasmas y pesadillas, con los dolores físicos). Me echo bajo la sombra cariñosa de los edificios y ni él ni yo pensamos nada; creo que en Plaza Italia nada me duele… Si vamos al caso tiene mi estado también otra ventaja inesperada: mientras me manejo a mi “él” tengo cierta libertad para mirarla, buscar sus perfiles, ubicarme en el brillo de sus ojos, obviar todo lo demás, no preocupándome por los tropezones ni sus miradas, captar alguna leve inflexión de sus labios y sus palabras, etc. Y eso me hace bien, es productivo, es bastante mas que lo que hacia uno siendo uno.

Ahora mismo lo miro a él sentado frente a la maquina; yo, acá atrás, moviéndolo. Hacemos buena pareja, no es tan malo conmigo. Cierto es que sufro con el, también que no disfruto sin él. Este estado ya me fue aburriendo, por su intrascendencia; creo que me estoy volviendo loco de aburrimiento suicida; juntos era el dolor aventurero, yo no se... No se si mientras le susurro a sus manos estas palabras frente a la pantalla no esta llorando. Yo se bien que lo he postergado, lo he postergado tanto, no he pensado suficientemente en él, si hasta el doctor (se lo confesé, el me estudió, lo cual confirma la veracidad de lo que digo, para ustedes, mas allá de que poco me interesa su opinión de esto) me dice que es inhumano tratarlo así y eso nos duele más mirando su cara de perro sucio frente a mi y sus ojos de Chaplin en el espejo.

He estado intentando encontrar alguna forma de controlar mis desdoblamientos, leyendo sobre el desprendimiento del cuerpo astral en los textos hindúes, o, haciendo caber la posibilidad de que esté esquizofrénico o con algún otro tipo de psicopatía (yo que se…), aceptando que todo esto no es mas que imaginario, estudiando textos de psicología. Por el momento la posibilidad de salir por estos medios se me presenta bastante increíble, fabulosa, me huele a superstición. Si lo he intentado, a pesar de mis precauciones, es porque me doy cuenta de que esta situación aunque estanca, por estable e inocua, es falsa y desesperante. Si le debo a “él” gran parte de mis dolores pasados, se que los posibles placeres futuros solo son posibles juntos (y los de él también… y lo sabe, lo noto en su rostro de idiota). A veces casi le tengo cariño…

Hoy sueño con reunirnos, tomando una esquina sobre independencia, en inercia tranquila, aun a riesgo del dolor, a riesgo de no poder separarme más. Según la lógica que me determina, que me signa, parece que ese reunirnos va a ocurrir por una casualidad nuevamente o, si lo pienso bien, por un efecto del destino o de la providencia. Por ahora espero, y me siento bien; no se que decir sobre “él”.

Transcurro los días en el mas completo desgano, y postergo las cosas viviendo otras, y sin ser. A veces cuando caminamos con él bajo la noche herrada con una luna turca, salpicada su piel negra de sudor de estrellas le palmeo el hombro y casi nos unimos; otras veces cuando estoy con ella sentados en un banco, o sobre el césped o el cemento, nos unimos aun mas y con él nos miramos a los ojos, pienso en lo posible, en la hora de la providencia o del destino, en ella y en mi posible unidad. Luego, ella, se va y dudo. Solo se que tal vez ella es la casualidad que espero para reunirme, la oportunidad que necesito, la peripecia imaginada por el libro para cambiar mi destino, o la voz providencial de Dios que me propone “levántate y anda”

jueves, noviembre 03, 2005

Sinceramente...(parentesis)

Me tomaste de la mano, me anunciaste que podia undirme en un charco de barro y papel, cerca de la facultad, te cagaste de risa, y me hiciste bien.
Sos las veredas rotas, volviendo de la terminal, un baston para mi fuiste, y a veces, mis ojos. Un torbellino de fotos de nena, de chica salvaje...Hoy, en la sonrisa de chicle y en la facilidad valiente que en las fotos veo, que en vos misma, presente, veo. Tu felicidad radiante, mi recelo quebrado, una canilla llorando sus lagrimas sobre el sarten. Un recuerdo triste, diez felices, cien actualidades angustiosas, mil esperanzas sin sentido, millones y millones de cosas en comun, y tu tanta tanta energia acallada, que en su inmensidad se diluye en ceros.
A veces sos tan dulce y sincera, que me haces llorar como veinte sonrisas sobre la bobilla. Me gusta caminar con vos de noche sobre la vereda, tras de la lluvia forradas del plateado brillo de un papel de chicolatin, y me gusta dormirla a la siesta en el arrullo intranquilo de charlas de mates y escaleras...Me hiciste bien.
Sos sincera y no me mentis. Me diste cariño, y abrazos, y sonrisas y dulce de leche en las galletitas. Me hisciste bien, a pesar mio. Me viste enterrar pasados y me felicitaste; me viste repensar futuros y me aplaudiste; me viste leerte y, entre risas, cantar una cancion. Nunca te dije cuanto te lo debo; y si mañana abrazo a alguien sin miedo(espero que a "ella"; creo que vos tambien) , y si entiendo algo de lo gratuito, de mirar algunos ojos y de ser nuevo yo, en gran parte, te lo debo.
Y sos parecida a mi, pero mas limpia, mas harapienta, como dotada de una pobreza honrada que yo no (sueño con un dia en el que seamos ricos sin olvidarnos de esto; no te preocupes, algo tiene que pasar, algo vamos a hacer). Ademas comes. ¿Te acordas que hablamos, de la pobreza humillante, de los equipos, de las pantallas gigantes, de la falta de detergente, de los piojos panzones, y de los gusanos bajo la piel? Yo, entre mis dolores, soy un mono con celular
Quisiera siempre asi, caminando con las manos en los bolsillos, libres, chocandonos, columpiar las manos de nuestras soledades, ir andando, vestidos de guardapolvos, blancos con inocencia y esperanzas de primario, cuando fuimos felices, vos con un par de trenzas, yo, con mi mochila llena de: alguna idea, nuestras inocencias, 200 "gracias" y 1000 "aunque no lo creas, que este mejor, en tal o en cual cosa, para mi y para "ella", te lo debo. Y verte leyendo esto, mal pintada de mimo, al lado mio, ahora, en mi torpeza, en mi incapacidad y duelo, en mi verguenza, para decirte, Tati, cuanto te quiero y "muchas gracias", sinceramente (que es tu manera de decir)

Lo que no digo...

Yo me siento al lado tuyo en el banco, te miro y...yo no se. Mi cabeza rompe con el tiempo y entro en una pausa ansiosa. Despues me miras y creo que una ansiedad que duda te posee tambien a vos. Yo no se...
Te miro en tus ojos, oscura y dificil. Me dan ganas de raptarte de ellos y de robarte un rio de cabellos de luz. Navegar. Navegar la limpieza de tu noche de carton, papel glasé y brillantina. Alli, un grillo se apoya en tu mirada cantando una cancion alegre. La luna te baña con su luz de agua, y vos la limpias a los saltitos, para que brille... ¡Me dan unas ganas! Para asi entender todo...
Ahora solo me frustro: a mi la verdad que me duelen los segundos sin silencios. Un tipo joven limpia al piso gastado con un escobillon, gente camina conversando, hay un bullicio de baños, de elecciones, de practicos y de parciales, y que se yo que mas. Yo, te miro...
Me parece a veces de dia verte dejar un rastro de mermeladas y una caricia de perfume de bebe. Voy, tomandote de las manos y entrelazando tus deditos, masticables. Y andas por el cielo como cometa de hielo, como cometa que va dejando una estela de caramelo...Vos, no lo sabes, por lo que parece.
La verdad que ya casi la ansiedad me gana, ¡Todo afuera es tan seco!, ¡Yo aca sin decir nada, vos (lo se) sabiendo mis palabras posibles! Sonreis," sin decir nada", esperando mas...Y giras tu cara.
Te veo de perfil. Me gusta: tu perfil es de chocolate, como tu andar es de rana. Entre tus sonrisas de arbolito, tu andar menea una trenza de celestes, de rosados y verdes agua de un lado, de azules, de rojos y dorados, cuando caminamos afuera y la tierra no aburre las veredas. Todo se hace uno en vos en contados segundos, en tu andar ingenuo y tu perfil... Como sin darte cuenta
Me pica la cabeza, estoy cansado. La transpiracion me baña de un agotamiento molesto que se me mete en los huesos como los claveles del aire lo hacen con los arboles viejos (y no soy viejo...). En las manos, en el alma, estoy nervioso, desesperado... Me refresca tanto verte, desviar tu mirada, agitar tu sonrisa. En el borde de tu mejilla salto un gestito de mojarrita, lo agarre al vuelo entre los dedos y me silbo palabras llenas de ecos (¡Si todo pudiera ser siempre asi!).
Las horas andan, "circulan" (como todos) por los pasillos de Casa Verde. Sin embargo, quedamos en la pausa. Yo quede en tu pausa, detenido. Se que seguira el tiempo corriendo, cuando lleguen los amigos, cuando ya no estemos aca, cuando pasen otros y se te acerquen... Pero en mi momento no. Vivo en una soledad con vos, sin vos saberlo; vivo tu compañia, y vos no la mia. quiero romper con esto, pero no romper con vos, y no se que decirtelo, como explicarlo. O tal vez si, y no me atrevo...
Sos una lluvia de cuarzos de brillar confuso. En tu sonrisa se chamuscan mariposas como en un radiador. Sos un sifonazo de soda tirado a la cara, y las burbujas de un violin sonando bajo un rio. Tus ojos tienen un colibri enjaulado que quiere salir, agitando sus alas y su sutil corazon, y leve; tu mirada, una luciernaga brillando su amor y magia. Me parece que sos una bengala colorada, o una estrella fugaz rompiendose en el aire. Verte ahi sentada, conteniendo que se yo que pena, como alcancia de pobre, me llena de un dolor...Te ataria un hilo para que cumplieras tu destino de barrilete, volando al viento, o te protegeria entre mis brazos, te haria un moño, te haria girar en una risa, como a un trompo. Ayer, hoy, mañana y pasado mañana: romper con ellos. Con todos ellos. Sacarte del tiempo, y de tus recuerdos y temores. Preguntarte tus penas. Quedarmelas yo. Recibir los besos malgatados, esas burbujas de gaseosa, los besos que perdes en el aire. Recibirlos yo. Protegerte, salvarte, ayudarte, defenderte, guardar tus fragilidades, que se yo...Defenderme, salvarme, que me rompas como cristal, ¡Que se yo.., Algo!, ¡Todo eso!